miércoles, 8 de junio de 2016

Yo te enseño, tú me enseñas.




Carmen Hernando, formadora, auditora y técnico superior de prevención
 Aprender se define como el proceso de adquirir el conocimiento por medio del estudio o de la experiencia. Toda mi vida ha estado ligada al proceso de aprendizaje. Y he de decir que ha sido y es uno de las experiencias más gratificantes.

 Por un lado he vivido este proceso desde el punto de vista del alumno y me siento afortunada y agradecida por la calidad humana y profesional del innumerable número de docentes que he tenido. Todos ellos han ejercido su labor de formar; me han preparado intelectual, ética y profesionalmente, despertando en mí,  de este modo, nuevas inquietudes, nuevos conocimientos o el perfeccionamiento y actualización de los tenidos, y sobre todo, un cambio de actitud y de aptitud siempre en progresión y avance personal.

 Todos ellos han ejercido su labor de formador mediante la técnica de la exposición de teoría y la práctica de la misma, siempre que ha sido posible. Y siempre invitando a pensar y a cuestionar las distintas posiciones de un mismo tema.

 Como formadora, mi máxima siempre ha sido ser como mis docentes: aportar a mis alumno conocimientos, capacidad de aprendizaje, y al desarrollo de nuevas  oportunidades vitales a partir del conocimiento que yo les transmito. Y por supuesto, considero fundamental e imprescindible la combinación de teoría y práctica.

Taller de comunicación, impartido por Carmen Hernando
 En estos momentos formo parte de Lanzadera Málaga III, donde estoy viviendo una nueva experiencia en el terreno de la formación: aprender y formar  trabajando en equipo. No se trata de formar parte de un equipo donde aprendes. Se trata de aprender  de tus compañeros y formar a tus compañeros a partes iguales. Son veinte personas que en sesiones de trabajo en grupo, exponen sus proyectos y sus procesos de búsquedas de empleo,  y al mismo tiempo que exponen aportan al otro sus conocimientos y puntos de vista para sus proyectos y procesos, transmiten sin miedos ni reparos sus necesidades y sus dudas, y si es posible sobre la marcha quedan resueltas. Pero en el caso que se requiera un experto en la materia, ya que el equipo no cuente con  el profesional en la materia que requiera aportación o resolución de dudas, o una ampliación de las habilidades o conocimientos,  es el mismo equipo quien busca esa formación más adecuada de modo externo. Se trata de yo te enseño, tú me enseñas”, “no sé cómo hacer esto del modo adecuado, puedes hacerlo así”.

 Los estudios señalan que los adultos aprendemos en un 70 % de lo que debatimos con otros, en un 80% de lo que hacemos y en un 95% de lo que enseñamos a otros. Atendiendo a esto, no cabe duda que el proceso de formación que supone participar en una Lanzadera asegura los niveles más altos de aprendizaje, porque se produce de modo continuado el debate con el otro, la acción al poner en práctica los proyectos personales y porque de modo continuo enseñamos al otro, uno de los compromisos fundamentales de una Lanzadera: aportar lo mejor de ti.

 En mi caso, mi aportación más especial, y dada mi  experiencia de 14 años como formadora, ha sido impartir un taller de comunicación. Fue todo un honor y un placer para mi poder transmitir mis conocimientos, como siempre alternando teoría y práctica, e invitando a la participación activa de mis compañeros. Y en una  de las materias que más me apasionan: la comunicación, una de las funciones inherentes al ser humano, que practicamos de modo continuo desde que nacemos hasta que morimos, todo el tiempo. Incluso cuando creemos que no comunicamos, siempre lo estamos haciendo. Por tanto, pararnos durante un par de días a reflexionar sobre el proceso de comunicación, la importancia social, la importancia personal, la capacidad de desarrollo personal que nos proporciona las habilidades comunicativas…

 El reto más gratificante fue hacer conscientes a mis compañeros que todos y cada uno de ellos pueden ser grandes comunicadores, con el hecho de ser conscientes de algunos aspectos y con la práctica de algunos puntos, mucho más fáciles y alcanzables. El desarrollo de la empatía, la asertividad, la autoestima… Todo ello son cuestiones fundamentales en este campo. Como dicen algunos autores, y que comparto por completo, comunicamos lo que somos, por tanto, para ser un gran comunicador, solo hay que desarrollar nuestras habilidades y competencias más positivas: buscar nuestro mejor yo.
Finalizo dando las gracias a todos los que asistieron y me lo pusieron tan fácil: me permitieron ser feliz dando impartiendo mis conocimientos, y cada uno de ellos me enseñaron mucho como alumnos. Fue una vez más: yo te enseño, tú me enseñas.  

Carmen Hernando




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