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Carmen Hernando, formadora, auditora y
técnico superior de prevención |
Aprender se define como el
proceso de adquirir el conocimiento por medio del estudio o de la experiencia.
Toda mi vida ha estado ligada al proceso de aprendizaje. Y he de decir que ha
sido y es uno de las experiencias más gratificantes.
Por un lado he vivido este
proceso desde el punto de vista del alumno y me siento afortunada y agradecida
por la calidad humana y profesional del innumerable número de docentes que he
tenido. Todos ellos han ejercido su labor de formar; me han preparado intelectual,
ética y profesionalmente, despertando en mí,
de este modo, nuevas inquietudes, nuevos conocimientos o el
perfeccionamiento y actualización de los tenidos, y sobre todo, un cambio de
actitud y de aptitud siempre en progresión y avance personal.
Todos ellos han ejercido su labor
de formador mediante la técnica de la exposición de teoría y la práctica de la
misma, siempre que ha sido posible. Y siempre invitando a pensar y a cuestionar
las distintas posiciones de un mismo tema.
Como formadora, mi máxima siempre
ha sido ser como mis docentes: aportar a mis alumno conocimientos, capacidad de
aprendizaje, y al desarrollo de nuevas
oportunidades vitales a partir del conocimiento que yo les transmito. Y
por supuesto, considero fundamental e imprescindible la combinación de teoría y
práctica.
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Taller de comunicación, impartido por Carmen Hernando |
En estos momentos formo parte de
Lanzadera Málaga III, donde estoy viviendo una nueva experiencia en el terreno
de la formación: aprender y formar
trabajando en equipo. No se trata de formar parte de un equipo donde
aprendes. Se trata de aprender de tus
compañeros y formar a tus compañeros a partes iguales. Son veinte personas que
en sesiones de trabajo en grupo, exponen sus proyectos y sus procesos de
búsquedas de empleo, y al mismo tiempo
que exponen aportan al otro sus conocimientos y puntos de vista para sus
proyectos y procesos, transmiten sin miedos ni reparos sus necesidades y sus
dudas, y si es posible sobre la marcha quedan resueltas. Pero en el caso que se
requiera un experto en la materia, ya que el equipo no cuente con el profesional en la materia que requiera
aportación o resolución de dudas, o una ampliación de las habilidades o
conocimientos, es el mismo equipo quien
busca esa formación más adecuada de modo externo. Se trata de “yo te enseño, tú me enseñas”, “no sé cómo
hacer esto del modo adecuado, puedes hacerlo así”.
Los estudios señalan que los
adultos aprendemos en un 70 % de lo que debatimos con otros, en un 80% de lo
que hacemos y en un 95% de lo que enseñamos a otros. Atendiendo a esto, no cabe
duda que el proceso de formación que supone participar en una Lanzadera asegura
los niveles más altos de aprendizaje, porque se produce de modo continuado el
debate con el otro, la acción al poner en práctica los proyectos personales y
porque de modo continuo enseñamos al otro, uno de los compromisos fundamentales
de una Lanzadera: aportar lo mejor de ti.
En mi caso, mi aportación más
especial, y dada mi experiencia de 14
años como formadora, ha sido impartir un taller de comunicación. Fue todo un honor
y un placer para mi poder transmitir mis conocimientos, como siempre alternando
teoría y práctica, e invitando a la participación activa de mis compañeros. Y
en una de las materias que más me
apasionan: la comunicación, una de las funciones inherentes al ser humano, que
practicamos de modo continuo desde que nacemos hasta que morimos, todo el
tiempo. Incluso cuando creemos que no comunicamos, siempre lo estamos haciendo.
Por tanto, pararnos durante un par de días a reflexionar sobre el proceso de comunicación,
la importancia social, la importancia personal, la capacidad de desarrollo
personal que nos proporciona las habilidades comunicativas…
El reto más gratificante fue
hacer conscientes a mis compañeros que todos y cada uno de ellos pueden ser
grandes comunicadores, con el hecho de ser conscientes de algunos aspectos y
con la práctica de algunos puntos, mucho más fáciles y alcanzables. El
desarrollo de la empatía, la asertividad, la autoestima… Todo ello son
cuestiones fundamentales en este campo. Como dicen algunos autores, y que
comparto por completo, comunicamos lo que somos, por tanto, para ser un gran
comunicador, solo hay que desarrollar nuestras habilidades y competencias más
positivas: buscar nuestro mejor yo.
Finalizo dando las gracias a todos
los que asistieron y me lo pusieron tan fácil: me permitieron ser feliz dando
impartiendo mis conocimientos, y cada uno de ellos me enseñaron mucho como
alumnos. Fue una vez más: yo te enseño,
tú me enseñas.
Carmen Hernando